jueves, 9 de julio de 2009

Crónicas citadinas presenta:

LA COMBI-ZOMBIE


6:55 am. Toda la noche llovió, así que para cuando la “gente” se dispuso a salir de su casa para dirigirse a sus trabajos, escuelas ó actividades ilícitas, se encontró con la calle mojada, el cielo gris y el aire fresco, muy fresco, lo suficientemente fresco como para regresar a ponerse la chaqueta que un día antes (cuando hizo tanto calor) creyeron que no tendrían que usar. Una ultima revisión en el espejo: las caras largas, cabellos mojados. Los zombies están listos para ocupar la ciudad.

Chaqueta calientita, sí, llaves, sí, cambio para el pasaje, sí, bolso, sí. Ahora si ¡córrele! Los lugares en la combi son pocos, así que hay que apresurarse a ganar el lugar en la fila, de otro modo lo mas probable es terminar subiéndose a la combi de atrás y salir cinco o diez minutos después, y es que esos minutos en tiempo-trafico representan un largo rato.

Dentro de la combi todo es apretado e incómodo, pero nadie dice ni hace nada. Todos permiten que sus espacios vitales sean invadidos, quizá porque todos se solidarizan con la prisa de todos. Así somos los mexicanos, solidarios, dicen. Todos, hasta el niño de dos años que se ve que en su casa es todo un desmadrito, va callado, no sea que moleste al señor cabeceante de a lado. Niño zombie, observa el mundo por la ventana, callado, en las piernas de mamá zombie, mirando al infinito.

7:20 am. La combi llega al punto mas crítico del camino, en donde casi todas las mañanas se hace un trafico de esos que logran que a uno le den ganas de tirar la toalla, mandar todo a la fregada y regresar a casa, exclamando para si mismo: “ya no voy a llegar”. Pero, raro, esta vez no hay tráfico, como si la mañana gris y mojada hubiera ahuyentado a los autos. Ya pasamos lo peor. Los zombies se sienten aliviados.

Poco antes de llegar al metro Martin Carrera, todos comienzan a pagar sus pasajes. Por fin los zombies comienzan a comunicarse entre ellos. Es el augurio de que tal vez su condición de sombie desaparezca en un rato más. Ya va siendo hora de despertar, ¿no?

“¿Se cobra uno?”, “¿le puedes pasar uno por favor?”, “tu cambio”, “¡Me deja en la primera entrada del metro por favor!” La combi se detiene en la primera entrada del metro, algunos bajarán ahí, otros lo harán hasta el final, hasta la base. Son las 7:40. La combi-zombie cumplió con su deber. El metro es ahora quien recibe a los zombies y quien se encargara de darles el último empujón, el último apretujón antes de que éstos se conviertan, otra vez, en PERSONAS.

5 comentarios:

Rebelcore dijo...

jajajajaja eres la onda liz me gusta como escribes eres r ebuena vibra ami me pas alo mismo por las mañanas xD
vamos d epedossssssss

Rebelcore dijo...

jajaja no ammes lizzz esa foto esta aun mas buen pedoooooooo puro wapo jajajajaja

Jane dijo...

oottsss, pues como debe de ser mi Yorch! jejeje fijate que queria poner esa foto desde el día que subí esta cronica, pero nomas no la encontraba, hasta hoy!!! y si son los zombies mas guapotes del inframundo, seguro! :D

Anónimo dijo...

Hola Liz:
Extraño,`pero me hiciste recordar la vida en la ciudad de Mexico, tantas anecdotas q para muchos podrian ser espantosas pero q finalmente hacen la diversidad de escenas en la entrañable ciudad de Mexico.

Un abrazo cuñada

Jane dijo...

Diana!! gracias por el comentario. Pues si, de eso se tratan las cronicas, creo. Un poco como retratar la realidad, el cotidiano.
Un abrazo de regreso, Dianita.